lunes, 28 de mayo de 2012

PIANO Y GRABACIÓN: 2 GRANDES HITOS DE LA MÚSICA


Autores:
Rodrigo Hernández, 
Mariné Barletta, 
Paula Gutierrez y
Adrián Di Meco
El Piano y La Grabación de Sonidos en El Cine.

Historia del Piano
Desde la antigüedad hasta el piano de Cristofori
Para conocer el origen del instrumento que nos ocupa debemos remontarnos a la consideración de algunos otros instrumentos musicales más antiguos de los cuales el piano es, de alguna manera, una evolución.
El más antiguo instrumento musical que inicia la línea evolutiva que culmina en lo que hoy conocemos como piano es la Cítara. Este instrumento es originario de África y del sudeste de Asia y se remonta a la Edad de Bronce (alrededor del año 3000 a.C.). Consistía en un conjunto de cuerdas dispuestas a cierta altura sobre una pequeña tabla, que eran puestas a vibrar mediante las uñas de los dedos o algún otro elemento punzante.
Un instrumento posterior a la cítara, aunque con ligeras variaciones, fue el Monocordio. Su construcción se basaba en la colocación de una sola cuerda (de allí su nombre: Mono = una y Cordio = cuerda) considerablemente más larga que las de la cítara, vibrando sobre una pequeña caja de resonancia construida de madera. Sobre este instrumento fue que Pitágoras, el famoso filósofo griego, realizó sus estudios sobre las relaciones entre los intervalos musicales, entre otros.
El siguiente paso evolutivo lo constituyó el Salterio, un instrumento construido sobre los principios de la cítara pero con una forma trapezoidal en función de las distintas longitudes de sus cuerdas. Poseía una rudimentaria tabla armónica y pequeños puentes tonales. La forma trapezoidal del salterio es la que más tarde se hace presente en el diseño de los primeros harpiscordios. Una variación del salterio la encontramos en el Dulcimer que, siguiendo básicamente los mismos principios de construcción que el salterio, estaba pensado para que sus cuerdas no sean tocadas con las manos o con algún elemento punzante sino para que sean percutidas.
El piano tal cual lo conocemos hoy en día se basa, entonces, en los principios de construcción de los instrumentos mencionados, cuyas cuerdas no son ya tocadas con las manos sino percutidas por martillos.
Hay una serie de elementos constitutivos de todos ellos que, si bien han ido variando de forma, tamaño y material de construcción, se hallan presentes en el piano. Estos elementos se pueden resumir en los siguientes: un bastidor, esqueleto o estructura, un variado número de cuerdas tensadas a través de él que vibran a una determinada altura de una tabla o caja que se ocupa de amplificar su sonido. En los instrumentos más antiguos, salvo en el dulcimer, estas cuerdas, afinadas convenientemente y de muy distintas maneras a lo largo de la historia y de las regiones geográficas, son tocadas con los dedos.
La idea de interponer algún tipo de aparato mecánico entre las cuerdas y los dedos, de tal modo que aquellas no tengan ya que tocarse directamente con los dedos, no es tan antigua y conforma uno de los últimos pasos en la evolución del piano. Se supone que los primeros intentos en este sentido tuvieron lugar alrededor de los siglos XII y XIII.
Entre estos instrumentos encontramos al Clavicordio, un instrumento en el cual las cuerdas eran puestas a vibrar mediante un pequeño clavo o aguja metálico. Este clavo o aguja era puesto en movimiento desde un teclado accionado por los dedos. Este teclado, mediante sistemas más o menos complejos de piezas de madera o metal, resortes y paños, transmitía su movimiento al clavo o aguja. Este último "enganchaba" la cuerda y la liberaba inmediatamente poniéndola a vibrar.
Un desarrollo posterior aunque contemporáneo al Clavicordio produjo un instrumento llamado Harpiscordio. La diferencia que encontramos entre ambos es que en este último las cuerdas eran puestas a vibrar mediante un plectro o con la nervadura de plumas de aves.
Alrededor del año 1695 un italiano llamado Bartolomeo Cristofori comenzó a construir un instrumento que, aunque básicamente era de una especie similar al Clavicordio y al Harpiscordio, incluía en el diseño de su mecanismo un concepto revolucionario. Puesto que tanto el Clavicordio como el Harpiscordio ponían a vibrar las cuerdas mediante algún tipo de púa o plectro, las cuerdas comenzaban a vibrar siempre con el mismo volumen y tono independientemente de cuan rápida o lentamente se presionaran las teclas. En el instrumento desarrollado por Cristofori el elemento que ponía las cuerdas a vibrar era una pieza de madera con la forma de un martillo cuya punta estaba recubierta de cuero. Esto no producía un sonido metálico y estridente como en el Clavicordio y el Harpiscordio sino un sonido mucho más dulce y sostenido. Además, el mencionado martillo tenía un sistema de escape mediante el cual era posible variar tanto el volumen como así también el tono del sonido. En este instrumento estaba notablemente aumentada la capacidad expresiva musical ya que en él no era solamente posible producir un determinado sonido siempre al mismo volumen y tono, como se mencionó acerca de los dos instrumentos que anteceden al piano, sino que también era posible producir sonidos con más o menos volumen que otros y producir una muy ligera variación tonal. Y todo esto, claro está, era posible hacerlo desde el teclado, según como éste se tocara. Movimientos rápidos y bruscos de la tecla producían sonidos de gran volumen y brillantes; movimientos lentos y apaciguados producían sonidos de menor volumen y más dulces en cuanto al tono.
Este fue entonces el primer piano que se construyó. El señor Bartolomeo Cristofori lo llamó "Forte-Piano", nombre que no significaba nada más que hacer referencia a lo que acabamos de decir como sus principales características: que el instrumento podía producir sonidos fuertes (forte) y suaves (piano). Hoy en día utilizamos más comúnmente la palabra Piano para referirnos a este instrumento.
Bartolomeo Cristofori construyó tres pianos en toda su vida, el más antiguo de los cuales se conserva en el Museo Metropolitano de Arte de New York y data de 1720.
Desde los primeros pianos del italiano hasta los pianos actuales muchas mejoras y avances se han hecho, pero el concepto y la idea fundamental para su construcción continúan siendo las mismas. Se han optimizado materiales para lograr una mejor calidad de sonido, se ha aumentado paulatinamente el número de notas para ampliar la capacidad musical del instrumento y se ha mejorado el diseño para lograr una mejor performance. Pero el concepto fundamental de Forte-Piano como un instrumento capaz de lograr sonidos fuertes y suaves permanece siendo el mismo.
Desde el piano de Cristofori hasta el piano moderno
Como recientemente mencionamos, el piano de Cristofori fue el primero en poseer un sistema de mecanismo con martillo que podía lograr tanto sonidos fuertes como suaves. En 1711 Scipione Maffei describe uno de los primeros pianos de Cristofori como un "harpiscordio con fuerte y suave".
Hacia 1726 Cristofori introduce un nuevo elemento en sus pianos, el sistema "una corda" que permanece hasta nuestros días. Se basaba en la posibilidad de permitir al ejecutante mediante un comando especial desplazar el mecanismo de tal modo que cada martillo golpee sobre una menor cantidad de cuerdas de lo que habitualmente hace para lograr un sonido muy suave. En los pianos modernos actuales "una corda" permite que el martillo del piano golpee sobre solo una cuerda de cada grupo.
Las primeras composiciones específicas para pianos hacen su aparición en 1732. Son las famosas 12 sonatas para piano de Giustini.
Juan Sebastián Bach toma contacto por primera vez con un piano hacia el año 1750. El piano estaba construido por Gottfried Silbermann quien construía pianos desde 1725.
Este señor era un constructor de órganos de la ciudad de Freiberg, en Saxonia. Tomó contacto con el piano de Cristofori hacia finales de la década del 20 lo que lo movió a construir los suyos propios. Bach se puso en contacto con él y le pidió que alivianara el mecanismo y que reforzara el volumen del sonido en las octavas superiores. Silbermann concretó el pedido, lo que produjo que Bach se convirtiera en Agente de ventas de estos pianos.
Desde el taller de Gottfried Silbermann se desarrollaron las famosas escuelas de construcción de pianos conocidas como la "Escuela alemana" y la "Escuela inglesa".
Dos discípulos de Silbermann llamados Johannes Zumpe y Americus Backers emigraron a Londres donde desarrollaron un piano que poseía el mismo mecanismo que el de Cristofori, aunque con notables modificaciones. Este mecanismo evolucionado fue el más tarde se llamó "Mecanismo inglés".
Otro discípulo de Silbermann llamado Stein, tal vez el más notable de ellos, realizó otras variantes al mecanismo original de un diseñador llamado Schroter. Este mecanismo fue el que más tarde se conoció como "Mecanismo alemán o Vienes".
Entre los años 1760 a 1830 hubo una gran expansión en la construcción de pianos. En 1762 se produce el primer concierto de piano, realizado por Henry Walsh en Dublin. El piano cuadrado, una variante especial del piano de cola, hace su debut en 1776 por construcción de Sebastián Erard.
En 1773 se publican las famosas sonatas para piano Opus 2 de Muzio Clementi que intentan utilizar al máximo los recursos del piano. En 1775 se construye el primer piano en los Estados Unidos de América en una fábrica instalada en Filadelfia.
En 1795 se desarrolla en Londres en primer piano vertical. Su diseñador era William Stodart.
En 1808 Sebastián Erard, un diseñador de pianos Francés de origen alemán, patenta su famoso mecanismo de simple repetición y presenta el agrafe que permitía permanecer a las cuerdas en su exacto lugar luego del golpe de martillo. En 1810 Sebastián diseña el mecanismo de pedales tal como llega hasta nuestros días. En 1822 introduce su mecanismo de doble repetición que permitía una gran velocidad de repetición entre sus teclas.
En el año 1828 Ignaz Bösendorfer funda su fábrica en Austria. Estos pianos se encuentran actualmente entre los más destacados del mundo. El año 1853 marca un hito en lo que se refiere a formación de fábricas de pianos que hoy son de renombre. El alemán Heinrich Steinweg emigra a los Estados Unidos de América y funda Steinway and Sons en New York. Julius Blüthner funda su fábrica en Leipzig y Carl Bechstein hace lo suyo en Berlín.
En 1863 Steinway diseña y construye el piano vertical moderno con cuerdas cruzadas y una sola tabla armónica. En 1874 perfecciona el pedal Sostenuto. En ese mismo año J. Blüthner patenta su famoso sistema aliquot que incrementa la resonancia de las cuerdas al introducir una cuarta cuerda adicional a cada grupo de tres, aunque más elevada. Esta cuerda no es percutida por el martillo sino que vibra en simpatía.
En 1880 Steinway abre una sucursal en Hamburgo comenzando a pelear el mercado europeo con sus dos fuertes contrincantes: Bechstein y Blüthner.
A partir de ese año ya se puede hablar de piano moderno, tal como lo conocemos hoy en día. Si bien encontramos desarrollos posteriores de diseño, estos no han sido revolucionarios.

El Piano moderno
Características, propiedades y modelos
Cuando hablamos del piano moderno nos referimos fundamentalmente a los pianos diseñados y construidos desde la última década del siglo pasado hasta el presente. Si bien este período de tiempo es muy amplio, los pianos que se construyeron en él pueden considerarse en conjunto puesto que las variaciones de diseño y materiales han sido menores.

Dentro de los pianos modernos encontramos dos grandes grupos:
•Pianos verticales
•Pianos de Cola
Los pianos verticales se caracterizan por poseer el arpa, las cuerdas y los martillos perpendiculares al piso. Como resultado de esto nos encontramos con un piano en el cual su apariencia exterior es la de un mueble "parado".
Los pianos de cola se caracterizan por poseer el arpa, las cuerdas y los martillos paralelos al piso. En este caso el tipo de mueble resultante esta "acostado" y el mueble en su parte posterior tiene forma de cola.
Dentro de los pianos verticales nos encontramos con muebles de distintos tamaños. De aquí que pueda hablarse de distintos modelos genéricos de Pianos verticales.
Estos se pueden resumir en los siguientes cuatro grupos:
•Vertical grande o antiguo (mal llamado "de concierto"), de más de 140 cm de altura
•Vertical de estudio. De 110 a 139 cm de altura
•Vertical Consola. De 98 a 109 cm de altura
•Vertical Espineta. Menores de 98 cm de altura
Independientemente del tamaño también podemos clasificar a los pianos según la altura relativa del mecanismo con respecto al teclado. Así en los Verticales grandes encontramos mecanismos posicionados por encima de la altura del teclado y con alturas que van desde los 26 hasta los 40 cm. En los verticales de estudio, también con mecanismos posicionados por encima de la altura del teclado, encontramos mecanismos que van desde los 18 a los 25 cm de altura. En los Verticales Consola habitualmente encontramos mecanismos compactos posicionados sobre la altura del teclado. Por último, en los Verticales Espinetas el mecanismo se halla por debajo de la altura del teclado.
También pueden encontrarse, especialmente en las medidas de Pianos Verticales Grandes o de Estudio, un tipo de piano muy antiguo llamado "a bayoneta". Este tipo de piano se caracteriza por poseer los apagadores situados por encima de la altura de los martillos y comandados por una serie de alambres al modo de bayonetas.
En cuanto a los pianos de cola también encontramos entre ellos distintos tamaños, con lo cual también se los puede agrupar en grupos genéricos que en este caso son cinco, a saber:
•de Cola Mignon. Hasta 130 cm de largo
•de ¼ Cola. De 131 hasta 189 cm de largo
•de ½ Cola. De 190 hasta 225 cm de largo
•de ¾ Cola. De 226 hasta 255 cm de largo
•de Gran Cola. Superiores a 256 cm de largo
Otra clasificación que habitualmente se realiza con los pianos, independientemente que sean estos verticales o de cola, es su número o cantidad de notas o teclas. Entre los pianos modernos construidos dentro del período ya especificado se encuentran dos grandes grupos:
•Pianos de 85 Notas
•Pianos de 88 Notas
Generalmente el número o cantidad de notas nos da solamente una referencia aproximada a la edad del piano. Sin generalizar se puede decir que la mayoría de los pianos construidos entre fines del siglo XIX y la primera década del siglo XX tenían 85 notas. Luego de ese período los pianos se construyeron y aún hoy se construyen con 88 notas. Sin embargo, encontramos algunos fabricantes de pianos como Steinway & Sons, que construían pianos de 88 notas ya desde los últimos años del siglo XIX.
Otro grupo importante de pianos, independientemente que sean estos verticales o de cola, son los llamados pianos "pianolas" los cuales mediante un complejo sistema de fuelles de aire en el pasado o mediante un complejo sistema computarizado en la actualidad, son capaces de ejecutar por sí solos una pieza musical. En los pianos antiguos la música para reproducir en las pianolas venía grabada en "rollos". En la actualidad vienen grabadas en disquetes o cd-rom.
Historia de la Grabación Sonora
La historia de la grabación sonora comienza formalmente en el siglo XIX con León Scott Martinville, quien realizara el primer dibujo sonoro en 1857 y la primera grabación de la voz humana en 1860 con un canto tradicional francés denominado Au clair de la lune, el cual fue registrado en hojas de papel de fumar ahumadas a través de un dispositivo con un cabezal estilo Robinson denominado fonoautógrafo.
Otro personaje que se ocupaba del sonido fue Thomas Alva Edison, quien en 1877 logró registrar su propia voz a través de un dispositivo cilíndrico compuesto por un conjunto de capas de láminas de estaño en las que se almacenaba la información en surcos. Dicho dispositivo no sólo registraba el audio sino que también podía reproducirlo. Había nacido el fonógrafo.
En 1881 el científico e inventor Alexander Graham Bell en compañía de Chinchester Bell y el físico Charles Sumner Tainter, diseñaron un nuevo soporte, el disco de surcos de corte lateral que fuera reproducido en el aparato denominado gramófono.
Posteriormente, en 1885 el inventor de origen germano Emile Berlines, introdujo el disco de goma dura vulcanizada a partir de un ejemplar original de zinc. Dicho ejemplar se realizaba superponiendo sobre el zinc una capa de cera, después eran marcados los surcos del registro en los cuales la aguja iba retirando la cera y dejaba al descubierto el metal. A continuación se le aplicaba un producto que corroía el zinc, dejando los surcos oxidados y las otras zonas a salvo gracias a la protección de la cera, finalmente la cera era retirada. Este soporte apareció junto al gramófono que era el encargado de reproducirlo.
El danés Valdemar Poulsen es quien en 1898 logra hacer el primer registro de sonido magnético por medio del telegráfono, que consistía en un micrófono que convertía las ondas sonoras en variaciones de voltaje. Estas señales hacían girar un cilindro que tenía enrollado de manera helicoidal un hilo de acero. El carrete cilíndrico giraba bajo un electroimán. En el proceso, registraba la variación de intensidad de un campo magnético sobre un hilo de acero, donde quedaban grabadas zonas de distinta magnetización. Posteriormente se invertía el proceso, las variaciones magnéticas eran reconvertirlas en señales eléctricas y las variaciones volvían a convertirse en sonido a través de un altavoz, logrando así el primer soporte analógico.
Lo anterior tan solo marca el primer paso hacia una serie de investigaciones y desarrollo de nuevas tecnologías de soportes y equipos reproductores, cuyo objetivo sería siempre mejorar la calidad de registro, su transmisión y perpetuidad. Así comienza el siglo XX, el siglo del sonido llamado así por la etnomusicóloga Ana María Ochoa Gautier.
Para 1928 y gracias al ingeniero alemán Fritz Pfleumer se inventó la primera banda magnética con base de papel a la que sucedería una banda de plástico recubierta por una capa ferromagnética y que fue reproducida por el prototipo de una grabadora magnética que no se comercializó.
Un soporte que sobrevivió y se desarrolló en el siglo XX es el disco de vinilo o vinil, el cual se graba de acuerdo a un complejo proceso mecánico analógico. Estos discos se editaron en cuatro velocidades: 16, 33, 45 y 78 revoluciones por minuto y en diámetros de 7, 10 y 12 pulgadas. En función de su diámetro y número de canciones por cara recibían distintas denominaciones.
Para la década de 1960 y gracias a la comercialización de los soportes, nace con éxito el audiocasete compacto o casete, introducido por la empresa Philips. El casete consiste en dos carretes miniatura, entre los cuales se pasa una cinta magnética resguardada por una caja plástica protectora. En la cinta están disponibles dos pares de pistas estereofónicas, una por cada cara, dicha cinta es leída por el reproductor de casete. Este soporte se transformó en la alternativa re-grabable del disco de vinil durante la década de 1970.
En las siguientes épocas vendría un fenómeno comercial entre las dos más grandes empresas de electrónica, la holandesa Philips y la japonesa Sony. Ambas luchaban por comercializar sus productos cada vez más avanzados tecnológicamente hablando y fue así que uniendo fuerzas crearon el disco compacto o CD en 1970. Este nuevo avance sería presentado al público un año después y alcanzaría la cumbre hasta la década de los noventa. El CD es un soporte digital óptico utilizado para almacenar todo tipo de información: audio, fotos, video, documentos y otros datos. La tecnología del disco óptico trabaja en una superficie de policarbonato donde la información se guarda haciendo unos surcos en la superficie del disco. El acceso a los datos se realiza cuando el aluminio es iluminado con un haz de luz láser, los surcos en la superficie modifican el comportamiento del láser reflejado y nos dan la información que contiene el disco.
En 1987 y en un aire romántico por retomar los formatos secuenciales, vino la cinta de audio digital o DAT desarrollada por Sony y siendo el primer formato de casete digital comercializado. En apariencia es similar al audiocasete compacto no así en su función, pues la grabación se realiza de manera digital utilizando cinta magnética de 4 milímetros, la grabación y conversión a DAT tiene 32 kilohertz de frecuencia de muestreo y 16 bits de cuantificación.
Al llegar los años noventa, Philips se concentraba en el desarrollo de la cassete compacta digital o DDC que fuera presentada oficialmente en 1992, esta DDC era similar al DAT en cuanto a la tecnología y a sus altos costos, el DAT permaneció entre el sector profesional, pero la DDC salió del mercado en 1996.
En ese mismo año de 1992 Sony lanzaba al mercado el minidisc o MD, disco de almacenamiento magneto-óptico cuyas dimensiones son de 7 x 6.75 x 0.5 centímetros y es capaz de almacenar todo tipo de datos binarios. Aunque nacieron para sustituir las cintas de casete, la distribución de música por internet y el auge del mp3 lo limitaron a utilizarse únicamente para la grabación.
La tecnología más reciente y la más popular entre la sociedad es el MPEG-1 Audio Layer 3 o MP3, a pesar de que la patente de este formato apareció en 1987, no fue hasta sino hasta 1995 cuando Karlheinz Brandenburg lo usara por primera vez. El audio digital comprimido de pérdida desarrollado por el Moving Picture Group (MPEG) es capaz de introducir información de audio comprimida en una memoria, sin embargo ésta es de pérdida por lo cual no puede recuperar su forma original. Puede ser leído debido a un software que transforma los códigos durante la compresión en una señal eléctrica para poder ser escuchada

El piano y la grabación de sonidos en el Cine
La idea de combinar las imágenes con sonido grabado es casi tan antigua como la cinematografía en sí, pero hasta finales de los 20, la mayoría de las películas eran mudas. Este periodo anterior a la introducción del sonido se conoce como la "era muda" o el "período silente". Después del estreno de la película “El cantante de jazz”, las películas habladas fueron cada vez más habituales y diez años después, el cine mudo prácticamente había desaparecido. La era del cine mudo a menudo es referida como "La Edad de la Pantalla de Plata"
El arte de la cinematografía alcanzó su plena madurez antes de la aparición de las películas con sonido, a finales de los años 20. Muchos eruditos sostienen que la calidad estética del cine disminuyó durante varios años hasta que directores, agentes y el personal de producción se adaptaron al nuevo "cine sonoro". La calidad visual de las películas mudas -especialmente las producidas durante los años 20- era a menudo muy alta. Sin embargo, hay una falsa y muy frecuente idea, de que estas películas eran primitivas y de mala calidad comparadas con los estándares modernos. Esta falsa concepción es debido a que tales películas presentaban errores técnicos (tales como películas reproducidas a velocidad incorrecta) y debido al deterioro de muchas películas mudas (muchas grabaciones existen solamente gracias a las copias de segunda o incluso tercera generación que se hicieron, debido a que el filme original estaba ya dañado y descuidado).
Los pueblos pequeños tenían un piano para acompañar las proyecciones. Pero las grandes ciudades tenían su órgano, o incluso una orquesta completa, la cual podía ejecutar algunos efectos sonoros.
Las proyecciones de películas mudas normalmente no transcurrían en completo silencio: solían estar acompañadas por música en directo, habitualmente improvisada por un pianista u organista. Ya en los comienzos de la industria cinematográfica se reconocía a la música como parte esencial de cualquier película, para ambientar la acción que transcurría en la pantalla. Los cines de ciudades pequeñas normalmente tenían un pianista para acompañar la proyección; los de ciudades grandes podían tener organistas o incluso orquestas completas, que podían añadir efectos de sonido. Algunos órganos de teatro tales como la famosa Rudolph Wurlitzer Company; podía simular algunos sonidos de orquesta junto con un gran número de efectos sonoros. También en ocasiones había un narrador que, con voz en off, relataba los intertítulos o describía lo que iba ocurriendo.
En los comienzos del cine mudo, las partituras utilizadas fueron a menudo improvisadas o se utilizaba música clásica o repertorio teatral. Una vez los largometrajes se hicieron habituales, la música fue recopilada en la llamada Música de Photoplay-que estaba específicamente realizada para acompañar a los films-. Esta labor era realizada por el pianista, el organista, el director de orquesta o el estudio mismo, que enviaban una "partitura" de la música que debía acompañar la película. Desde que se hiciera una composición original, como la de Joseph Carl Breil para la épica película de David W. Griffith “El nacimiento de una nación”, se volvió relativamente común para las películas llegar a las salas de exhibición con partituras originales especialmente creadas para la ocasión.
Debido al tamaño de la producción del cine mudo, ésta empresa se convirtió en la principal fuente de empleo para los músicos (al menos en Estados Unidos). Pero la introducción de "películas habladas", la cual sucedió en el mismo momento que la Gran depresión, fue devastadora para los músicos.
Algunos países idearon otras maneras de ofrecer el sonido a las películas mudas. El cine temprano de Brasil ofreció cantatas de fitas: operetas con los cantantes interpretando detrás de la pantalla. En Japón, las películas tenían no sólo la música en vivo, sino también contaban con un benshi, narrador en vivo que proporcionaba las voces del narrador y los personajes. El benshi se convirtió en un elemento central en las películas japonesas, además, proveía la traducción para las películas extranjeras (sobre todo norteamericanas). Su popularidad fue una de las razones por la que los filmes mudos persistieron bien entrados los años 30 en Japón.
Pocas composiciones han sobrevivido de éste periodo, los musicólogos a menudo se encuentran con problemas al tratar de hacer una reconstrucción precisa de las composiciones que quedan. Las composiciones se pueden distinguir en cuatro tipos: reconstrucciones completas de composiciones hechas, compuestas para la ocasión, montadas de bibliotecas de música ya existentes, o improvisadas nuevamente.
Un aspecto crítico en el desarrollo de las composiciones "mudas" es el órgano de teatro, diseñado para llenar un espacio entre un solista simple de piano y una orquesta más grande. Los órganos del teatro tenían una amplia gama de efectos especiales.
Primeros pasos del Cine Sonoro.
El 27 de febrero de 1888, pocos días después de que el pionero fotográfico Edward Muybridge diera una conferencia no muy lejos del laboratorio de Thomas Edison, los dos inventores se reunieron en privado. Muybridge más tarde afirmó que en esta ocasión, seis años antes de la primera exhibición de una película comercial, propuso un esquema para el cine sonoro que combinaría su proyector de imágenes zoopraxiscopio con la tecnología de sonido grabado de Edison. No se llegó a ningún acuerdo, pero durante un año Edison se encargó del desarrollo del Quinetoscopio, esencialmente un sistema de "visionado rápido", como complemento visual para su cilindro fonográfico. Los dos aparatos fueron refundidos en el Quinetófono en 1895, pero el visionado individual de imágenes en movimiento en un armario pasó pronto de moda por los éxitos en la proyección de cine. En 1899 apareció un sistema de sonido de cine proyectado conocido como Cinemacrofonógrafo, o Fonorama, basado principalmente en el trabajo que el inventor suizo François Dussaud expuso en París; similar al Quinetófono, el sistema requería el uso individual de auriculares. Un sistema mejorado basado en el cilindro, Phono-Cinéma-Théâtre, fue desarrollado por Clément-Maurice Gratioulet y Henri Lioret de Francia, permitiendo presentarse cortometrajes de extractos de teatro, ópera y ballet en la Exposición de París de 1900. Estas parecen ser las primeras películas exhibidas públicamente con la proyección tanto de imagen como de sonido grabado.
Sin embargo, tres importantes problemas persistían llevando a las imágenes en movimiento y el sonido grabado a tomar caminos separados durante una generación:
1. Sincronización – La imagen y el sonido se grababan y reproducían por aparatos separados, que eran difíciles de comenzar y mantener en sincronización.
2. Volumen de reproducción – Mientras que los proyectores de imágenes en movimiento pronto permitieron que el cine se mostrara a audiencias más grandes de teatro, la tecnología de audio, antes del desarrollo de la amplificación eléctrica, no podía sobresalir para llenar satisfactoriamente grandes espacios.
3. Fidelidad de la grabación – Los sistemas primitivos de la era producían sonido de muy baja calidad, a no ser que los intérpretes estuvieran colocados directamente en frente de los voluminosos aparatos de grabación (altavoces de trompeta, por lo general), imponiendo serios límites en el tipo de películas que podían crearse con sonido grabado en directo.
Los innovadores cinemáticos intentaron arreglárselas con el problema fundamental de sincronización de diferentes maneras; un número creciente de sistemas de imágenes en movimiento dependían de discos de vinilo —conocido como tecnología sonido en disco; a las grabaciones se les llamaba a menudo "discos berlineses", no por ninguna conexión geográfica directa, sino en honor de uno de los principales inventores en el campo, el germano-estadounidense Emile Berliner. Léon Gaumont mostró un sistema que involucraba sincronización mecánica entre un proyector de cine y un plato de tocadiscos en la Exposición Universal de París de 1900. En 1902, su Cronofono, involucrando una conexión eléctrica que Gaumont había patentado recientemente, fue mostrado en la Sociedad Fotográfica Francesa. Cuatro años más tarde, introdujo el Elgéphone, un sistema de amplificación de aire comprimido basado en el Auxetophone, desarrollado por los inventores británicos Horace Short y Charles Parsons. A pesar de las altas expectativas, las innovaciones de sonido de Gaumont tuvieron sólo un éxito comercial limitado —aunque se hicieron mejoras, éstas aún no solucionaban satisfactoriamente los tres problemas básicos con el sonido en el cine y eran, además, caras. Durante algunos años, el Cameraphone del inventor estadounidense E. E. Norton fue el principal competidor del sistema de Gaumont (algunas fuentes difieren en si el Cameraphone estaba basado en disco o en cilindros); al final falló por muchas de las mismas razones que ocurrieron con el Chronophone. A finales de 1910, el movimiento en el cine sonoro había remitido.
Las innovaciones continuaron en otros frentes. En 1907, al francés Eugene Lauste —que había trabajado en el laboratorio de Edison entre 1886 y 1892— se le otorgó la primera patente de tecnología de sonido óptico, involucrando la transformación del sonido en ondas de luz que eran grabadas fotográficamente de forma directa en celuloide. Como describía el historiador Scott Eyman: “Era un sistema doble, esto es, el sonido estaba en una parte diferente del celuloide que la imagen.... En esencia, el sonido se capturaba con un micrófono y se traducía en ondas de luz a través de una válvula de luz, una delgada cinta de metal sensible sobre una diminuta hendidura. El sonido que llegaba a esta cinta se convertiría en luz por el escalofrió del diafragma, enfocando las ondas de luz resultantes a través de la hendidura, donde sería fotografiado en una parte del celuloide, en una cinta de una décima parte de pulgada de ancho.”
Aunque el sonido óptico finalmente se convertiría en el estándar universal para cine sonoro sincronizado, Lauste nunca explotó con éxito sus innovaciones, que llegaron en efecto a un callejón sin salida. En 1913, Edison introdujo un nuevo aparato de sonido sincronizado basado en cilindros como su sistema de 1895 llamado Kinetófono; en vez de mostrar las películas individualmente en el cuarto del kinetoscopio, ahora se proyectaban en una pantalla. El tocadiscos se conectaba por una complicada serie de poleas hasta el proyector de cine, permitiendo —bajo condiciones ideales— sincronización. Las condiciones, sin embargo, eran raramente ideales, y el nuevo y mejorado Kinetófono fue retirado después de poco más de un año.
Otras películas sonoras, basadas en una variedad de sistemas, fueron hechas antes de los años 1920, generalmente con intérpretes sincronizando los labios con grabaciones de audio previamente hechas. La tecnología era mucho más adecuada para propósitos comerciales, y durante muchos años los jefes de los principales estudios de cine de Hollywood vieron poco beneficio en producir películas sonoras. Así estas películas fueron relegadas, junto con las películas de color, al estado de curiosidad.
Innovaciones cruciales
Un número de desarrollos tecnológicos contribuyeron a hacer el cine sonoro comercialmente viable a finales de los años 1920. Dos involucraron acercamientos opuestos para la reproducción de sonido sincronizado o playback:
Sonido óptico avanzado – En 1919, al inventor estadounidense Lee De Forest se le otorgaron varias patentes que llevarían a la primera tecnología de sonido óptico con aplicación comercial. En el sistema de De Forest, la pista de sonido era grabada fotográficamente en un lado de la cinta de la película para crear una copia compuesta o "casada". Si se conseguía una correcta sincronización del sonido y la imagen en la grabación, se podía confiar absolutamente en la reproducción. Durante los siguientes cuatro años, mejoró su sistema con la ayuda de material y patentes autorizadas por otro inventor estadounidenses en el campo, Theodore Case. En la University of Illinois, el ingeniero investigador de origen polaco Joseph Tykociński-Tykociner estuvo trabajando independientemente en un proceso similar. El 9 de junio de 1922, hizo la primera demostración de una película con sonido óptico a los miembros de la American Institute of Electrical Engineers. Como con Lauste, el sistema de Tykociner nunca tomaría ventajas comerciales; sin embargo, el de De Forest pronto lo haría.
El 15 de abril de 1923, en el Teatro Rivoli de la ciudad de Nueva York, se proyectó la primera película comercial con sonido óptico, el estándar futuro: una serie de cortos bajo la bandera de De Forest Phonofilms, acompañando una película muda. Ese junio, De Forest entró en una extendida batalla legal con un empleado, Freeman Harrison Owens, por el derecho de una de las pantentes cruciales de Phonofilm. Aunque De Forest finalmente ganó el caso en los tribunales, Owens es hoy en día reconocido como un innovador central en el campo. Ese mismo año, Lee DeForest presentó también la película "Concha Piquer", con la cantante española del mismo nombre recitando y cantando en español y portugués. El año siguiente, el estudio de De Forest estrenó la primera película comercial dramática sonora, la película de dos bobinas “Love's Old Sweet Song”, dirigida por J. Searle Dawley y protagonizada por Una Merkel. La especialidad de Phonofilms, no obstante, no eran dramas originales sino documentales de celebridades, actos de música popular y actuaciones de comedia. El Presidente Calvin Coolidge, el cantante de ópera Abbie Mitchell y estrellas de vodevil como Phil Baker, Ben Bernie, Eddie Cantor y Oscar Levant aparecieron en las películas de la firma. Hollywood permaneció receloso, incluso temeroso, de la nueva tecnología. El proceso de De Forest continuó usándose en 1927 en los Estados Unidos en docenas de cortos de Phonofilms; en el Reino Unido fue usado unos pocos años más para tanto cortometrajes como largometrajes por British Sound Film Productions, una filial de British Talking Pictures, que compró los principales activos de Phonofilm. A finales de 1930, el negocio de Phonofilm sería liquidado.
En Europa, otros también estaban trabajando en el desarrollo de sonido óptico. El mismo año que De Forest recibió sus primeras patentes en el campo, tres inventores alemanes patentaron el sistema de sonido Tri-Ergon. El 17 de septiembre de 1922, presentaron una proyección pública de producciones con sonido óptico incluyendo una película sonora dramática, “Der Brandstifter” (El pirómano) ante una audiencia invitada en el Alhambra Kino de Berlín. En 1923, dos ingenieros daneses, Axel Petersen y Arnold Poulsen, patentaron un sistema en donde el sonido era grabado en tiras de diapositivas separadas funcionando en paralelo con la bobina de imágenes. Gaumont autorizaría y pondría brevemente la tecnología para uso comercial bajo el nombre Cinéphone. Fue una competición nacional, sin embargo, lo que llevaría al eclipse de Phonofilms. En septiembre de 1925, el acuerdo de trabajo entre De Forest y Case había fracasado. El julio siguiente, Case se unió a Fox Film, el tercer estudio más grande de Hollywood, para fundar la Fox-Case Corporation. El sistema desarrollado por Case y su ayudante, Earl Sponable, con el nombre de Movietone, se convirtió en la primera tecnología de sonido óptico viable controlada por un estudio cinematográfico de Hollywood. Al año siguiente, Fox compró los derechos en América del Norte del sistema Tri-Ergon, aunque la empresa lo encontró inferior a Movietone y virtualmente imposible de integrar los dos sistemas diferentes para aprovecharlos. En 1927, también, Fox retuvo los servicios de Freeman Owens, que tenía una particular habilidad en construir cámaras para películas sonoras sincronizadas.
En paralelo con las mejoras en la tecnología sound-on-film, un número de empresas estaban haciendo progresos con sistemas en donde el sonido de la película era grabado en discos fonográficos. En la tecnología sound-on-disc de la era, un plato fonográfico era conectado por un entrelazado mecánico a un proyector de cine especialmente modificado, permitiendo sincronización. En 1921, el sistema sound-on-disc Photokinema desarrollado por Orlando Kellum fue empleado para añadir secuencias de sonido sincronizado a la fallida película muda “Dream Street” de D. W. Griffith. Una canción de amor, interpretada por la estrella Ralph Graves, fue grabada, como lo fue una secuencia de efectos vocales en directo. Aparentemente, las escenas de diálogo también fueron grabadas, pero los resultados fueron insatisfactorios y la película incorporándolas no fue nunca estrenada públicamente. El 1 de mayo de 1921, Dream Street fue reestrenada, con la canción de amor añadida, en el teatro Town Hall de la ciudad de Nueva York, calificándola como el primer largometraje con una secuencia vocal grabada en directo. No habría otras durante más de seis años.
En 1925, Warner Bros., entonces un pequeño estudio de Hollywood con grandes ambiciones, comenzó a experimentar con los sistemas sound-on-disc en los Vitagraph Studios de Nueva York, que había comprado recientemente. La tecnología de Warner Bros., llamada Vitaphone, fue introducida públicamente el 6 de agosto de 1926, con el estreno de la película de casi tres horas “Don Juan”; el primer largometraje en emplear un sistema de sonido sincronizado de cualquier tipo durante toda la película, su banda sonora contenía música y efectos de sonido, pero no diálogo grabado. En otras palabras, había sido pensada y rodada como una película muda. Acompañando a “Don Juan”, no obstante, había ocho cortos de interpretaciones musicales, la mayoría clásicas, así como una introducción filmada de cuatro minutos por Will H. Hays, presidente de la Motion Picture Association of America, todo con sonido grabado en directo. Estas fueron las verdaderas primeras películas sonoras exhibidas por un estudio de Hollywood. Don Juan no sería estrenado de forma general hasta febrero del año siguiente, haciendo de la técnicamente similar “The Better 'Ole”, presentada por Warner Bros. en octubre de 1926, el primer largometraje con sonido sincronizado durante toda la película para mostrarse a una amplia audiencia.
Sound-on-film finalmente saldría victorioso sobre sound-on-disc por un número de ventajas técnicas fundamentales:
Sincronización: ningún sistema de entrelazado era completamente fiable, y el sonido podía desincronizarse debido a saltos en el disco o cambios de minutos en la velocidad de la película, requiriendo la supervisión constante y el ajuste manual frecuente.
Edición: los discos no podían ser editados directamente, limitando severamente la capacidad de hacer alteraciones en sus películas acompañantes después de la edición original.
Distribución: los discos fonográficos añadían gastos y complicación extra a la distribución de películas.
Uso y desgaste: el proceso físico de reproducir los discos los degradaba, requiriendo su reemplazo después de aproximadamente veinte proyecciones.
Sin embargo, en los primeros años, sound-on-disc tuvo ventajas sobre el sound-on-film de dos maneras considerables:
Coste de producción y capital: era generalmente menos caro grabar sonido en un disco que en el celuloide y los sistemas de exhibición principales—tocadiscos/entrelazado/proyector—eran más baratos de fabricar que los complejos proyectores que leían los patrones de imagen y sonido requeridos por sound-on-film.
Calidad de audio: los discos de gramófono, los Vitaphone en particular, tenían un rango dinámico superior al de la mayoría de los procesos sound-on-film del tiempo, al menos durante las primeras reproducciones, mientras el sound-on-film tendía a tener una mejor respuesta en frecuencia, esto era superado por una mayor distorsión y ruido.
A medida que la tecnología sound-on-film mejoraba, estas dos desventajas fueron superadas.
El tercer conjunto de innovaciones cruciales marcó un importante paso hacia adelante en tanto la grabación en directo del sonido como su eficaz reproducción:
Grabación y amplificación electrónica de fidelidad – Comenzando en 1922, la rama de investigación de la división manufacturera Western Electric de AT&T comenzó trabajando intensivamente en la tecnología de grabación para tanto sound-on-disc como sound-on film. En 1925, la empresa introdujo públicamente un sistema de audio electrónico muy mejorado, incluyendo micrófonos de condensador sensibles y grabadores de línea de caucho. En ese mes de mayo, la empresa autorizó al empresario Walter J. Rich explotar el sistema para películas comerciales; fundó Vitagraph, que Warner Bros. adquirió una parte de interés en sólo un mes después. En abril de 1926, los hermanos Warner firmaron un contrato con AT&T por el uso exclusivo de su tecnología de sonido para películas para la reapodada operación Vitaphone, llevando a la producción de Don Juan y sus cortos acompañantes durante los siguientes meses. Durante el periodo en que Vitaphone tuvo acceso exclusivo a las patentes, la fidelidad de las grabaciones hechas para las películas de los Warner fue considerablemente superior a esas hechas por los competidores sound-on-film de la empresa. Mientras tanto, Bell Labs—el nuevo nombre para las operaciones de investigación de AT&T—estaba trabajando a un ritmo frenético en tecnología sofisticada de amplificación de sonido que permitiría a las grabaciones ser reproducidas sobre altavoces a un volumen que llenara el teatro. El nuevo sistema de altavoces de bobina móvil fue instalada en el Teatro de Warner en Nueva York a finales de julio y su patente de presentación, para lo que Western Electric llamó el receptor número 555, fue rellenada el 4 de agosto, sólo dos días antes del estreno de Don Juan.
Más tarde en ese mismo año, AT&T/Western Electric creó una división de licencias, Electrical Research Products Inc. (ERPI), para gestionar los derechos de la tecnología de audio de la empresa. Vitaphone seguía teniendo exclusividad legal, pero habiendo faltado en sus pagos de regalías, el control efectivo de los derechos estaba en manos de ERPI. El 31 de diciembre de 1926, la Warner concedió a Fox-Case una sub-licencia por el uso del sistema de Western Electric a cambio de una parte de los ingresos que irían directamente a ERPI. Las patentes de los tres negocios eran con licencia cruzada. Ahora estaba disponible una tecnología de grabación y amplificación superior para dos estudios de Hollywood, persiguiendo dos métodos muy diferentes de reproducción de sonido. El nuevo año vería finalmente la aparición del cine sonoro como un medio comercial significativo.
Triunfo de las películas sonoras
En febrero de 1927, fue firmado un acuerdo por cinco importantes productoras de Hollywood—las llamadas Dos Grandes, Paramount y MGM, así como First National (una vez en el ranking de la indutria junto con Fox, pero ahora en declive), la de medio tamaño Universal, y la pequeña pero prestigiosa Producers Distributing Corporation (PDC) de Cecil B. DeMille—para seleccionar colectivamente sólo un proveedor para la conversión de sonido. El grupo de las cinco entonces se puso cómodo y esperó para ver qué tipo de resultados proponían los precursores. En mayo, Warner Bros. revendió sus derechos de exclusividad a ERPI (junto con la sub-licencia Fox-Case) y firmó un nuevo contrato de regalía similar al de Fox para el uso de la tecnología de Western Electric. A medida que Fox y los Warner avanzaron con el cine sonoro en diferentes direcciones, tanto tecnológicamente como comercialmente—Fox con noticiarios y después dramas musicales, los Warner con películas habladas—también lo hizo ERPI, que buscó hacerse con el mercado firmando con cinco importantes aliados.
Todas las películas sonoras de grandes sensaciones del año se aprovecharon de las celebridades preexistentes. El 20 de mayo de 1927, en el Teatro Roxy de Nueva York, Fox Movietone presentó una película sonora del despegue del célebre vuelo a París de Charles Lindbergh, grabado más temprano ese mismo día. En junio, un noticiario sonoro de Fox se muestra presentando su bienvenida de vuelta a Nueva York y Washington, D.C. También en mayo, Fox estrenó la primera película de Hollywood de ficción con diálogo sincronizado: el corto “They're Coming to Get Me”, protagonizado por el cómico Chic Sale. Después de reestrenar unos pocos éxitos de películas mudas, como El séptimo cielo, con música grabada, Fox sacó su primera película original Movietone el 23 de septiembre: “Amanecer”, por el aclamado director alemán F. W. Murnau. Como con Don Juan, la banda sonora de la película estaba compuesta de música y efectos de sonido (incluyendo, en un par de escenas llenas de gente, conversaciones no específicas). Luego, el 6 de octubre de 1927, se estrenó “El cantante de jazz” de Warner Bros. Fue un exitazo en taquilla para el estudio de tamaño medio, ganando un total de 2.625 millones de $ en los Estados Unidos y en el extranjero, casi un millón de dólares más que el anterior récord para una película de los Warner. Producida con el sistema Vitaphone, la mayor parte de la película no contiene audio grabado en directo, dependiendo, como “Amanecer” y “Don Juan”, en su música y efectos sonoros. Cuando la estrella de la película, Al Jolson, canta, no obstante, la película cambia a sonido grabado en el plató, incluyendo tanto sus interpretaciones musicales como dos escenas con discurso improvisado—uno del personaje de Jolson, Jakie Rabinowitz (Jack Robin), dirigiéndose a la audiencia de un cabaret; el otro un intercambio de opiniones entre él y su madre. Aunque el éxito de “El cantante de jazz” fue debido en gran parte a Jolson, ya establecido como una de las más grandes estrellas musicales de Estados Unidos, y su uso limitado de sonido sincronizada apenas se calificaba como una innovadora película sonora (sino como la "primera"), los considerables beneficios fueron prueba suficiente para la industria de que valía la pena invertir en la tecnología.
El desarrollo del cine sonoro comercial había avanzado a rachas antes de “El cantante de jazz”, y el éxito de la película no cambió las cosas de la noche a la mañana. No fue hasta mayo de 1928 que los cuatro principales reacios (PDC había abandonado la alianza) —junto con United Artists y otros—firmaron con ERPI para la conversión de las instalaciones de producción y los teatros para el cine sonoro. Inicialmente, todos los teatros cableados por ERPI fueron hechos compatibles con Vitaphone; la mayoría estaban equipados para proyectar bobinas Movietone también. Incluso con el acceso a ambas tecnologías, no obstante, la mayoría de las empresas de Hollywood continuaron siendo lentas para producir películas habladas propias. Ningún estudio aparte de Warner Bros. estrenó una película con partes sonoras hasta que el pequeño Film Booking Offices of America (FBO) estrenó “Perfect Crime” el 17 de junio de 1928, ocho meses después de “El cantante de jazz”. FBO había caído bajo el control efectivo de un competidor de Western Electric, la división RCA de General Electric, que estaba buscando comercializar su nuevo sistema sound-on-film, Photophone. A diferencia del Movietone de Fox-Case y el Phonofilm de De Forest, que eran sistemas de densidad variable, Photophone era un sistema de área variable—un refinamiento en la manera que la señal de audio era inscrito en el celuloide que se convertiría finalmente en la regla. (En ambos sistemas, una lámpara especialmente diseñada, la exposición de cual con el celuloide es determinada por la entrada de audio, es usada para grabar el sonido fotográficamente como una serie de líneas minúsculas. En un proceso de densidad variable, las líneas son de oscuridad variable; en un proceso de área variable, las líneas son de anchura variable.) Para octubre, la alianza FBO-RCA llevaría a la creación de un nuevo e importante estudio de Hollywood, RKO Pictures.
Mientras tanto, Warner Bros. había estrenado tres películas habladas más en la primavera, todas rentables, pero no al nivel de “El cantante de jazz”: en marzo apareció “The Tenderloin”; fue nombrada por los Warner como la primera película en donde los personajes pronunciaban sus partes, aunque sólo 15 de sus 88 minutos tenían diálogo. En abril le siguió “Glorious Betsy” y “The Lion and the Mouse” (31 minutos de diálogo) en mayo. El 6 de julio de 1928 se estrenó la primera película completamente hablada, “Lights of New York”. La película costó a Warner Bros. sólo $23.000 para producirse, pero ganó $1,252 millones, una tasa récord de rendimiento superando el 5.000%. En septiembre, el estudio estrenó otra película con partes habladas con Al Jolson, “The Singing Fool”, que dobló con creces el récord de beneficios de “El cantante de jazz” para una película de los Warner. Este segundo éxito de pantalla de Jolson demostró la capacidad de una película musical de transformar una canción en un éxito nacional: el siguiente verano, el número de Jolson "Sonny Boy" se había anotado unas ventas de 2 millones de discos y 1,25 millones de partituras. En septiembre de 1928 se estrenó “Dinner Time” de Paul Terry, que fue uno de los primeros dibujos animados producidos con sonido sincronizado. Después de ver esto, Walt Disney decidió hacer uno de sus cortos de Mickey Mouse, “Steamboat Willie”, también con sonido.
A lo largo de 1928, a medida que Warner Bros. comenzó a recoger grandes beneficios debido a la popularidad de sus películas sonoras, los otros estudios aceleraron el ritmo de su conversión a la nueva tecnología. Paramount, el líder de la industria, sacó su primera película hablada a finales de septiembre, “Beggars of Life”; aunque tenía sólo unas pocas líneas de diálogo, demostró el reconocimiento del estudio del poder del nuevo medio. “Interference”, la primera película completamente hablada de Paramount, debutó en noviembre. Las expectactivas cambiaron rápidamente, y la "moda" de 1927 se convirtió en un procedimiento estándar para 1929. En febrero de 1929, dieciséis meses después del debut de “El cantante de jazz”, Columbia Pictures fue el último de los ocho estudios que serían conocidos como "grandes" durante la Edad de Oro de Hollywood en estrenar su primera película con partes habladas, “Lone Wolf's Daughter”. La mayoría de los cines estadounidenses, especialmente fuera de áreas urbanas, no estaban aún equipados para el sonido y los estudios no estaban completamente convencidos del interés universal de las películas habladas. A mediados de los años 1930, la mayoría de las películas de Hollywood eran producidas en versiones duales, tanto muda como sonora. Aunque pocos en la industria lo predijeron, el cine mudo como un medio comercial viable en los Estados Unidos sería pronto algo más que un recuerdo. La última película mayoritaria completamente muda sacada por uno de los estudios grandes de Hollywood fue el western “Points West” de Hoot Gibson, estrenado por Universal Pictures en agosto de 1929. Un mes antes, la primera película completamente en color y completamente hablada se había estrenado públicamente: “On with the Show!” de Warner Bros.
Consecuencias
Tecnología
A corto plazo, la introducción de la grabación del sonido en directo causó importantes dificultades en la producción. Las cámaras eran ruidosas, así que se usó un cuarto insonorizado en muchas de las primeras películas habladas para aislar el ruidoso material de los actores, a expensas de una drástica reducción en la libertad de movimiento de la cámara. Durante un tiempo, el rodaje con múltiples cámaras fue usado para compensar la pérdida de movilidad y técnicos de estudio innovadores pudieron a menudo encontrar maneras de liberar la cámara para rodajes particulares. La necesidad de estar dentro del rango de los micrófonos fijos significó que los actores a menudo también tuvieron que limitar sus movimientos de manera poco natural. “Show Girl in Hollywood” (1930), de First National Pictures (que Warner Bros. había comprado gracias a su rentable aventura con el sonido), ofrece una visión detrás de las cámaras de algunas de las técnicas que se usaban en el rodaje de las primeras películas habladas. Varios de los problemas fundamentales causados por la transición al sonido fueron solucionados pronto con nuevas carcasas para las cámaras, diseñadas para ahogar el ruido y los micrófonos boom que podían mantenerse fuera del encuadre y moverse con los actores. Como describe David Bordwell, las mejoras tecnológicas continuaron a un ritmo rápido: "Entre 1932 y 1935, [Western Electric y RCA] crearon micrófonos direccionales, aumentaron el rango de frecuencias de las grabaciones, redujeron el ruido de tierra...y ampliaron el rango del volumen." Estos avances técnicos a menudo significaron nuevas oportunidades estéticas: "Aumentar la fidelidad de las grabaciones...realzó las espectaculares posibilidades del timbre vocal, el pitch y el volumen." Otro problema básico—célebremente parodiado en la película de 1952 “Cantando bajo la lluvia”—era que algunos actores de la era muda simplemente no tenían voces atractivas; aunque esta cuestión fue frecuentemente exagerada, hubo preocupaciones relativas a la calidad vocal general y el casting de intérpretes por su habilidades dramáticas en papeles que también requerían talento cantando. Para 1935, la regrabación de los diálogos por los actores originales o por diferentes actores en postproducción, se había convertido en una práctica habitual. El sistema de grabación ultravioleta introducido por RCA en 1936 mejoró la reproducción de silbidos y notas altas.
Con la adopción a gran escala de las películas habladas por Hollywood, la competencia entre los dos enfoques fundamentales para la producción de películas sonoras fue resuelta pronto. A lo largo de 1930–31, los únicos grandes estudios que usaban sound-on-disc, Warner Bros. y First National, se cambiaron a la grabación sound-on-film. La presencia dominante de Vitaphone en los cines equipados con sonido, sin embargo, significó que durante los siguientes años todos los estudios de Hollywood crearon y distribuyeron versiones sound-on-disc de sus películas junto con copias sound-on-film. Fox Movietone pronto siguió a Vitaphone en el desuso como un método de grabación y reproducción, dejando dos principales sistemas estadounidenses: el Photophone de área variable de RCA y el proceso propio de densidad variable de Western Electrics, una mejora sustancial sobre Movietone con licencias cruzadas. Con RCA tomando las riendas, las dos empresas matrices hicieron su material de proyección compatible, de manera que las películas rodadas con un sistemas se podían estrenar en cines equipados con el otro. Esto dejó una gran cuestión—el desafío Tobis-Klangfilm. En mayo de 1930, Western Electric ganó un juicio austríaco que vació la protección de ciertas patentes de Tri-Ergon, ayudando a traer Tobis-Klangfilm a la mesa de negociaciones. El siguiente mes se alcanzó un acuerdo sobre la autorización cruzada de patentes, completa compatibilidad de reproducción, y la división del mundo en tres zonas para la provisión de material
El acuerdo no resolvía todas las disputas de patente y posteriores negociaciones y concordias fueron asumidas y firmadas a lo largo de los años 1930. También durante estos años, los estudios estadounidenses comenzaron a abandonar el sistema de Western Electric por el enfoque del Photophone de área variable de RCA—a finales de 1936, sólo Paramount, MGM y United Artists seguían teniendo contratos con ERPI.
Trabajo
Mientras la introducción de sonido llevó a un boom en la industria del cine, tuvo un efecto adverso en el empleo de una gran cantidad de actores de Hollywood. De repente esos sin experiencia teatral fueron considerados como sospechosos por los estudios; aquellos cuyas acentos eran muy pronunciados o de lo contrario voces discordantes que previamente habían sido ocultas fueron particularmente vulnerables. La carrera de la importante estrella de cine mudo Norma Talmadge efectivamente llegó a su fin de esta manera. El célebre actor suizo Emil Jannings regresó a Europa. La voz de John Gilbert era buena, pero la audiencia la encontró que difícilmente encajaba con su perfil de héroe, y su estrella se apagó también. No sólo el cine mudo había pasado de moda como un medio, las audiencias parecían percibir muchas estrellas asociadas con él como anticuadas, incluso aquellas que tenían el talento para triunfar en la era sonora. Lillian Gish se marchó, detrás del escenario, y otras figuras importantes pronto dejaron la actuación completamente: Colleen Moore, Gloria Swanson, y la pareja interpretativa más famosa de Hollywood, Douglas Fairbanks y Mary Pickford. Buster Keaton estaba ansioso de explorar el nuevo medio, pero cuando su estudio, MGM, hizo la conversión al sonido, él fue rápidamente despojado del control creativo. Aunque algunas de las primeras películas habladas de Keaton dieron impresionantes beneficios, eran artísticamente tristes.
Varias de las mayores atracciones del nuevo medio vinieron del vodevil y el teatro musical, donde los intérpretes como Jolson, Eddie Cantor, Jeanette MacDonald y los Hermanos Marx estaban acostumbrados a las demandas tanto de diálogo como de canciones. James Cagney y Joan Blondell, que habían trabajado en equipo en Broadway, fueron traídos juntos por Warner Bros. en 1930. Unos pocos actores fueron grandes estrellas durante tanto la era de cine mudo como la sonora: Richard Barthelmess, Clive Brook, Bebe Daniels, Norma Shearer, el dúo cómico de Stan Laurel y Oliver Hardy, y el incomparable Charlie Chaplin, cuyo “Luces de la ciudad” (1931) y “Tiempos modernos” (1936) utilizaron sonido casi exclusivamente para la música y los efectos. Janet Gaynor se convirtió en una superestrella con “El séptimo cielo” y “Amanecer” con sonido sincronizado pero sin diálogo, como lo hizo Joan Crawford con la tecnológicamente similar Vírgenes modernas (1928). Greta Garbo fue una hablante no nativa de inglés que consiguió el estrellato en Hollywood tanto en el cine mudo como en el sonoro.
A medida que surgían las películas habladas, con sus pistas musicales pregrabadas, un número creciente de músicos de orquestras de películas se encontraron sin trabajo. Se les usurpó más que sólo su posición como acompañantes musicales en las películas. Con la llegada de las películas habladas, estas interpretaciones—normalmente representados como preludios— fueron también en gran parte eliminadas. La American Federation of Musicians retiró anuncios de periódicos que protestaban por el reemplazo de músicos en directo por dispositivos mecánicos reproductores.

Conclusión
Desde el comienzo del Cine, directores, productores y empresas cinematográficas por igual han sabido que la imagen por sí sola no es suficiente para dar la carga emocional y el impacto que necesitan sus producciones. La necesidad de llenar el vacío que dejan las imágenes fue la causa de que, en sus inicios, las películas estuvieran acompañadas por conjuntos instrumentales. Contadas son las excepciones a este enunciado, como la película “Los Pájaros” de Alfred Hitchcock, que carece absolutamente de banda sonora.
A medida que el desarrollo de las tecnologías lo fue permitiendo, sistemas más complejos se han implementado en las películas, para conseguir llegar al espectador de una manera más íntima, más impactante.
Esta búsqueda, impulsada por la necesidad, ha llevado a que en la actualidad, el sonido en el cine llegue a un hiperrealismo tal, que el sonido real no sea suficiente. La mayor parte de los efectos de sonido tienen fuentes completamente distintas a la imagen que tratan de acompañar, llegando al caso de generar efectos sonoros “más reales que la realidad misma”. Tal es el caso, por ejemplo, de los sonidos de disparos, terremotos, tornados, mucha de la fauna que aparece en pantalla, en fin, de la mayor parte de los sonidos que busquen un impacto en el espectador.
Hoy en día, la industria cinematográfica se apoya casi exclusivamente en la generación de efectos puramente digitales, no ya, como en las décadas anteriores, en transformar los sonidos existentes.
Con el correr del tiempo, el sonido, (y la fidelidad del mismo) se convierten, no ya en parte importante, sino en parte estructural de cualquier película, condenando a cualquier producción que no llegue a los estándares modernos de grabación y reproducción de sonido, a un segundo plano, y, probablemente, a un fracaso comercial, sin importar la calidad de imágenes, argumentos o artística que posea.
Para resumir, sin el sonido toda película parece incompleta, por lo que la industria cinematográfica deberá, para seguir creciendo, alimentar el desarrollo de las tecnologías del audio en directa proporción con su desarrollo de imágenes, efectos visuales y formatos de reproducción.

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